Paisaje, cultura, deportes y reposo son los cuatro grandes atractivos que ofrece el Valle de Boí.
Los paisajes del Parque Nacional de Aigüestortes
Con una superficie total de 40.852 hectáreas que abarcan cuatro comarcas pirenaicas, el parque constituye una interesante muestra de la acción de los glaciares del cuaternario sobre granitos y pizarras. El paisaje destaca por la presencia de valles en forma de «U» y con más de un centenar de lagos, lo que convierte a esta zona en el área lacustre más importante de los Pirineos.
No podemos olvidar tampoco la variedad de flora y fauna. La visita al Parque es aconsejable que se haga a pie mediante travesías.
Destacan diferentes recorridos como la Ribera de San Nicolás, Los lagos de Llebreta, Caballeros, Negro y las Llastres de la Morta.
Para la toma de Caballeros accederemos a una zona de lagos naturales. Destacan el pico de Comaloforno (3033 m) y el Besiberri (3030) así como las sierras de Tumeneia, los Estanques Helados, Punta Alta y el Gran Tuc de Colomers a 2933m, sin olvidar el refugio de Ventosa i Calvell. De todos modos, la visita al parque también se puede realizar mediante vehículos todo terreno que se pueden contratar en la Plaza de la localidad de Boí. Se trata de una alternativa cómoda y menos pesada. Cabe recordar que el Parque Nacional de Aigüestortes tiene dos entradas; una por el Valle de Boí y la otra por la zona de Espot, en la comarca del Pallars Sobirà.
La cultura del románico.
El Valle de Boí ofrece uno de los conjuntos de iglesias románicas más importante del mundo.
Son edificaciones que se construyeron durante los siglos XI, XII y XIII con estilos artísticos procedentes del norte de Italia, también conocidos como románico lombardo. Además, los altos campanarios destacan las pinturas murales de las iglesias de Santa María y San Clemente de Taüll. La prueba de la importancia cultural de estas iglesias es que recientemente la UNESCO ha concedido la distinción de Patrimonio de la Humanidad.
Para contratar rutas guiadas en todas las iglesias románicas del Valle podemos acercarnos al Centro de Interpretación del Románico del núcleo de Erill la Vall donde también conoceremos otros aspectos culturales y antropológicos de la zona.
Esquí y deportes de aventura
El complejo de Boí Taüll Resort es una estación invernal que ofrece como atractivo principal la estación de esquí. En primavera también se pueden practicar otras actividades deportivas como el rafting, descenso de barrancos, hidroospeed, Kayac …
Pero el Valle de Boí ofrece muchas otras alternativas para poder practicar deportes de aventura: destacan el rafting en el río Noguera Ribagorzana y el descenso de barrancos. Los amantes del piragüismo pueden dirigirse al pantano de Escales, muy cerca de la localidad de El Pont de Suert. La hípica es otra posibilidad que podemos practicar en el municipio de Barruera.
El reposo del Balneario de Caldes de Boí
Lugar ideal para encontrar el reposo deseado. Este balneario termal integra 37 fuentes de agua a altas temperaturas.
El hotel El Rantiner recomienda otra actividad cultural como son las fallas de Taüll que se celebran el tercer viernes de julio. Es entonces cuando los fallaires suben en el lugar conocido como el Faro (forma piramidal con árboles). Una vez encendido el Faro y las fallas comienza el descenso en dirección a Taüll.
También se celebra el descenso de fallas en los diferentes pueblos de la zona.
Fiesta mayor:
El 3er fin de semana de julio se celebra en Taüll la fiesta mayor.
El viernes a partir de las 11 de la noche se hace la bajada de fallas y rantiners. Las antorchas formadas de una sola pieza de pino negro con las que se hace la bajada reciben el nombre de Rantiner. Es de ahí el nombre de nuestro hotel.